I Mille di Mahler

 di Gustavo Gabriel Otero

L'Ottava di Mahler torna per la quarta volta in Argentina in un'esecuzione non perfetta ma di alto livello.

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Buenos Aires, 23 novembre 2016 - La Ottava Sinfonia di Gustav Mahler ebbe la sua prima assoluta il 12 settembre 1910 a Monaco di Baviera; in Argentina è arrivata il 29 aprile 1977, con il suo debutto sudamericano, nella sala del Teatro Colón. Si trattò di sette esecuzioni curate da Pedro Ignacio Calderón, al momento direttore generale del Colón sotto il governo di fatto dell'epoca, con l'orchestra Filarmónica de Buenos Aires, i cori del teatro e solisti locali. Ancora una volta Calderón ha impugnato la bacchetta, questa volta con la Sinfónica Nacional, in un'unica occasione il 29 ottobre 1998, sempre al Colón ma nella stagione della Asociación Wagneriana. La teza e ultima volta che la Sinfonia si è potuta ascoltare dal vivo è stato con la compagnia del Teatro Argentino de La Plata sia nella "Ciudad de las Diagonales" (settembre 2010) sia nello Stadium Luna Park di Buenos Aires (novembre 2010) con le amplificazioni dovute alle caratteristiche di questo spazio.

Per la quarta volta nella storia dell'Argentina, la seconda nella stagione del Teatro Colón e la terza nella sua sala, è tornata la Sinfonia detta "dei mille", con qualche imprecisione ma a un buon livello generale.

La prestazione dei tre cori riuniti è stata adeguata: tanto il Coro Polifónico Nacional - già aggiunto nelle ultime tre produzioni operistiche - quanto il Coro Stabile e le vocibianche del Teatro Colón hanno dato prova della precisione e del professionismo che li caratterizzano. Forse non è stata del tutto felice l'ubicazione delle masse vocali necessarie per questa Sinfonia, giacché la camera acustica utilizzata è risultata troppo corta.  Uno spazio scoperto, fra la prima fila del coro e l'orchestra, di due o tre metri è rimasto scoperto, con delle cortine a cercare di limitare la dispersione del suono. Ciò naturalmente ha penalizzato l'ascolto dei cori, che a momenti parevano un poco lontani.

La scelta delle voci soliste, pressoché le migliori fra i cantanti locali, è risultata più che azzeccata. Il tenore Enrique Folger ha offerto un'interpretazione ardimentosa, con buna emissione e intenzioni senza macchia. Il baritono Alejandro Meerapfel ha superato le difficoltà della sua parte con canto sicuro e bel timbro, mentre il basso Fernando Radó è tornato a impressionare per il suo volume, il colore e la precisione. 

Il soprano Paula Almerares nella parte brevissima della Mater Gloriosa non è stata all'altezza della sua lunga carriera, mentre il mezzosoprano Alejendra Malvino è parso professionale, preciso e ben a fuoco, una cantante che non delude.

In un'annata eccellente il soprano Daniela Tabernig ha nuovamente dimostrato il suo valore, la sua costante evoluzione tecnica ed espressiva, la sua linea di canto squisita e la notevole presenza scenica. Jaquelina Livieri è ogni volta una sicurezza con la sua irrinunciabile presenza sulle scene e il mezzosoprano Guadalupe Barrientos ha impressionato per volume e colore di voce, in una prova a tutti gli efeftti eccellente.

Il maestro Enrique Arturo Diemecke ha diretto la partitura a memoria cercando di concertare tutti i dettagli di una sinfonia unica, difficile, atipica, immensa e monumentale. Vi è riuscito in quasi ogni momento, salvo per alcune imprecisioni che non hanno comnque impedito al maestro messicano di condurre in un porto sicuro una nave di per sé destinata a facili naufragi. L'orchestra stabile del Colón ha risposto con qualità, così come il gruppo di ottoni separati (quattro trombe in Fa e tre tromboni) collocati su un palco in fondo alla platea.

E così il pubblico e gli artisti coinvolti hanno sono usciti felici e soddisfatti dopo un momento unico e difficilmente ripetibile. 

Buenos Aires, 23/11/2016. Teatro Colón. Gustav Mahler: Ottava Sinfonia, in Mi bemolle maggiore. Solisti: Jaquelina Livieri, Daniela Tabernig, Paula Almerares (soprani), Guadalupe Barrientos, Alejandra Malvino, (contralti), Enrique Folger (tenore), Alejandro Meerapfel (baritono) e Fernando Radó (basso). Con la partecipazion del Coro Polifónico Nacional. Orquesta Estable, Coro Estable e Coro de Niños del Teatro Colón. Maestro del Coro Estable del Teatro Colón: Miguel Fabián Martínez. Maestro del Coro de Niños del Teatro Colón: César Bustamante. Maestro del Coro Polifónico Nacional: Darío Marchese. Direttore d'orchestra e cocnertatore: Enrique Arturo Diemecke.


Los Mil de Mahler 

 por Gustavo Gabriel Otero

La Octava Sinfonía de Gustav Mahler por cuarta vez en la historia de la Argentina in una versión con algunas imprecisiones pero de buen nivel general.

 

Buenos Aires, 23/11/2016 - La Octava Sinfonía de Gustav Mahler fue estrenada el 12 de septiembre de 1910 en Munich; a la Argentina llegó el 29 de abril de 1977, en carácter de primera audición sudamericana, en la sala del Teatro Colón. Se apreció en siete funciones de la mano de Pedro Ignacio Calderón, a la sazón director general del Colón bajo el gobierno de facto del momento, actuaron la orquesta Filarmónica de Buenos Aires, los Coros de dicho teatro y se contó con solistas locales. Nuevamente fue Calderón el brazo ejecutor, pero esta vez con la Sinfónica Nacional, en una única oportunidad el 29 de octubre de 1998, también en el Colón pero en la temporada de la Asociación Wagneriana. La tercera y última vez que la obra se pudo escuchar en vivo fue con los elencos del Teatro Argentino de La Plata tanto en su sala en la ciudad de las diagonales (septiembre de 2010) como en el Stadium Luna Park (en noviembre de 2010) y con amplificación dado las características de dicha sala de la ciudad de Buenos Aires.

Por cuarta vez en la historia de la Argentina, por segunda vez en la Temporada del Teatro Colón y por tercera en su sala volvió la denominada Sinfonía de los mil con una versión con algunas imprecisiones pero de buen nivel general.

La prestación de los tres Coros involucrados fue solvente: tanto el Coro Polifónico Nacional -convocado como segundo Coro en las tres últimas ejecuciones de la obra- como el Coro Estable y el Coro de Niños del Teatro Colón, actuaron con la corrección y el profesionalismo que los caracterizan. Quizás no fue del todo feliz la ubicación de las masas corales necesarias para la obra ya que la campana acústica utilizada era más corta de lo necesario Quedó un espacio al descubierto, entre primera fila de coros y la orquesta, de unos dos o tres metros, con unos cortinados que intentaban atenuar la fuga de sonido. Esto naturalmente afectó la escucha de los coros que en algunos momentos resultaron un poco lejanos.

La elección de las voces solistas, quizás los mejores dentro de los cantantes locales, resultó más que acertada. El tenor Enrique Folger interpretó con arrojo, buena emisión e intencionalidad sin mácula. El barítono Alejandro Meerapfel sorteó las dificultades de su parte con emisión segura y belleza vocal mientras que el bajo Fernando Radó volvió a deslumbrar por su volumen, color y perfección.

La soprano Paula Almerares en la brevísima Mater Gloriosa no estuvo a la altura de sus amplios antecedentes, mientras que la mezzosoprano Alejendra Malvino fue profesional, solvente y ajustada, una cantante que nunca defrauda.

En un año descollante la soprano Daniela Tabernig volvió a demostrar su valía, su constante evolución técnica y expresiva, su línea de canto exquisita y su notable presencia escénica. Jaquelina Livieri afianza cada vez que se la escucha su imprescindible presencia en los escenarios, mientras que la mezzosoprano Guadalupe Barrientos impresionó por su volumen y su color vocal, en una prestación a todas luces excelente.

El maestro Enrique Arturo Diemecke dirigió de memoria la obra intentando concertar todos los detalles de una sinfonía única, difícil, atípica, gigante y monumental. Lo logró en casi todo momento salvo por algunas imprecisiones que no opacan que el maestro mexicano logró llevar a puerto seguro una nave de por sí destinada habitualmente al naufragio. La Orquesta Estable del Colón respondió con calidad como también el grupo de metales situado aparte del resto (4 trompetas en Fa y 3 trombones) que se ubicaron en un palco al fin de la platea.

Y así el público y los artistas involucrados salieron felices y satisfechos por un momento único y pocas veces repetido.

Buenos Aires, 23/11/2016. Teatro Colón. Gustav Mahler: Octava Sinfonía, en Mi bemol mayor. Solistas: Jaquelina Livieri, Daniela Tabernig, Paula Almerares (sopranos), Guadalupe Barrientos, Alejandra Malvino, (contraltos), Enrique Folger (tenor), Alejandro Meerapfel (barítono) y Fernando Radó (bajo). Participación del Coro Polifónico Nacional. Orquesta Estable, Coro Estable y Coro de Niños del Teatro Colón. Director del Coro Estable del Teatro Colón: Miguel Fabián Martínez. Director del Coro de Niños del Teatro Colón: César Bustamante. Director del Coro Polifónico Nacional: Darío Marchese. Dirección Musical: Enrique Arturo Diemecke.